Dos almas en pena se tienden en la orilla de un rio cristalino, observan el destino cruel , el proceso lento y motono del rocio matutino, se miran desde esquinas opuestas analizando como varian las perspectivas del dolor, de la soledad, como todo se pierde entre una bruma de colores mientras sus ojos se desaparecen en el profundo tunel de los suyos, en un pasillo con millones de puertas e incognitas, con respuestas escondidas entre los muros y con besos guardados en algun cofre remoto de aquel inmenso lugar.
El atraviesa el lago con ansias de encontrarlo, de divagar en aquel lugar trafugo y desconocido, para apoderarse de cada rincon y desmenusar cada pared para encontrar aquel inmenso secreto oculto entre el cemento y la roca, pero cae al lago y sus esperanzas se unen en el fondo del arena con el cariño en la mano y un adios perdido entre un naufragio.
El atraviesa el lago con ansias de encontrarlo, de divagar en aquel lugar trafugo y desconocido, para apoderarse de cada rincon y desmenusar cada pared para encontrar aquel inmenso secreto oculto entre el cemento y la roca, pero cae al lago y sus esperanzas se unen en el fondo del arena con el cariño en la mano y un adios perdido entre un naufragio.
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Escaparates de la luna