Llego. Toco el timbre y espero.
De repente, abres la puerta,
con el sueño aún acunandote los delicados parpados.
Nerviosa, tomo tu mano y te susurro,
Lo siento.
Un beso en la mejilla demarca la partida
y me dispongo a regresar.
Él se queda atonito, debatiendo entre despertar o continuar en aquel estado somnoliento.
- ¿Que es lo que sientes?
Suspiro y con el corazón a punto de salir desbocado por la adrenalina y la tensión, volteo.
Con la mirada distante y esquiva a sus ojos, respondo.
- Lastimarte
De repente, abres la puerta,
con el sueño aún acunandote los delicados parpados.
Nerviosa, tomo tu mano y te susurro,
Lo siento.
Un beso en la mejilla demarca la partida
y me dispongo a regresar.
Él se queda atonito, debatiendo entre despertar o continuar en aquel estado somnoliento.
- ¿Que es lo que sientes?
Suspiro y con el corazón a punto de salir desbocado por la adrenalina y la tensión, volteo.
Con la mirada distante y esquiva a sus ojos, respondo.
- Lastimarte
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