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Paisajes imposibles... Quizás

Ella se asomo a la ventana, no habia nadie, no habia nadie más que una sonrisa enlatada. Eran los ojos de la noche observando la luna, eran las pupilas de la oscuridad sintiendo la brisa. Era un mar estrellado que se perdia en los confines más profundos de la ventana. Y allí también estaba la arena, rociando sus cuencas, sus callejones llenos de sal marina y de botellas perdidas, de recuerdos que alguien un día olvido junto a su playera. Por supuesto en la corniza habia un lago, lleno de colores que poco a poco la gente dejó con sus vacaciones, de camastas de picnic, de risas hurañas, de ojos felices. Ella se asomo en la ventana y vio al mundo como alguna vez, en un sueño profugo lo habia visto, ella observo con la imaginación vivaz de un niño, esa que nunca se pierde ni en lo más profundo de la selva. Luego un pañuelo voló libre hacia el cielo y esperando la siguiente oleada de verano.

Comentarios

  1. En muchas ocasiones esos paisajes imposibles nos llenan la vida.

    Es un escrito con un tinte surrealista que me ha gustado mucho.

    Un abrazo

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