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Mostrando entradas de enero, 2011

Anexos del tablero de la vida

Hay puntos determinados en donde los dos extremos de una cuerda corta se correlacionan y se enfrentan a la realidad a la que fueron sujetados a mundos sin ciencia, sin arte, sin vida... temibles seres errantes que divagan en la nada, eso es lo que les perfora el alma, lo que los mantiene sujetos e inseparables. Despues sencillamente no queda nada, más que un charco de ironia, salpicado de sangre negra, sucia, tecnologica, sin fundamento, sin inteligencia alguna.

Deseos

Aveces, sueño con tenerte a mi lado, recostarme en tu pecho y mirar el firmamento estrellado entre tus acojedores brazos.

En un día como ayer

Me gusta oir el ritmo de tu corazón retumbando en mis oidos, tus labios deslizandose en los mios, tus manos apoyadas en mi espalda, tu olor hechizandome y envolviendome con su encanto, tu voz susurrandome al oido, mi corazón compitiendo con el tuyo. Tu cariño, acompañando al mio.

Un mundo que sin prisa acaba rapido

Historia  que se desvanece en la tarde, en un pasado aun cercano, que desaparece a cada segundo, que muere con el pensamiento en el futuro, y es ascendida en su puesto en el ayer inminente.

Mi arcoiris. Nuestro.

Inesperadamente, y de una manera asombrosa aparece aquel maravilloso arcoiris en la ventana de la habitación, es increible creer que aquello pueda ocurrir. Queriendo capturar la imagen y la hermosa luz que proyecta, me acerco con un cristal y te veo, allí, fuera, con esa sonrisa picara que guardas para momentos impredescibles. Solo me queda cerrar los ojos y rodearme de tus brazos aunque se encuentren aun a una pequeña distancia, todo porque no hay nada que valga más que tenerte allí, en ese instante. En el suelo una gran lata de metal, un charco de agua, y elevandose hacia lo alto, una gama de colores incandescentes, todos y únicamente nuestros. Pequeños detalles, acompañados de chocolatosos encuentros.
 Esta es una de esas noches en las que tomaría un tequila doble, o tal vez dos, en nombre del desconocido que no se halla en la habitación, a favor de la ausencia amarga como aquel limon que hace parte del plato, que recorre el pequeño apartamento ensombrecido por la noche e iluminado por la triste luna que hoy, como yo, lamenta tu ausencia, que te añora con el alma, y que tristemente sabe que aún la espera es larga, aunque mi mente desee negarlo algunas noches.
Su alma se habia entrelazado con otra, habia quedado aferrada a una vida que no le pertenecia, era una situación absurda, arraigada al silencio y al destino. Era doloroso enfrentarse a aquella indagante y tajante hechizo que invadia el universo, su universo. Era una brecha tangible que iba consumiendo sus entrañas, lo poco que aún le quedaba de sí. Corría freneticamente de un lado para otro, buscando una solución a aquella diatriba que le sellaba el camino, ya no podría correr hilarante por las inmensas calles, ahora, era única y exclusivamente de él y de su espirítu. El infierno sería su nuevo hogar apartir de ahora.

Sueño

El dulce nectar de una azucena en la mañana, rodeado por el rocío matutino del nuevo día y la sonrisa valerosa de un picaflor hambriento. El aleteo frecuente de sus alas tricolor, y el leve sonido de succión de su pico siendo atravesado por el delicioso balsamo, el aire puro recorriendo su alegre rostro y tú, mi querida margarita, pavoneandote con tus alas piel y tus ojos coquetos puestos al mañana. Tú, mi valiente y sonriente amiga. Tú, un simple sueño en la mañana con un leve rayo de esperanza.

Carta sin remitente

Llegaste y la fuerza magnetica que te rodea me atrajo hasta a ti. Allí, donde el carmín y la dulzura se convierten en tus labios desapareci. Entre tus fuertes brazos me refugie y escuche tu corazón palpitante respondiendole al mio. Fueron horas o tal vez años, el tiempo que permaneci entrelazada  en tus brazos rodeada del aura hipnotizante que generaba tu mirada, hasta que finalmente me liberaron y me quede perdida en el recuerdo.
No miento. Costó, fue duro. Pero al fin y al cabo para eso estamos aquí, superar adversidades, atraparnos en colisiones sin salida y caminar hacia el futuro con alegría.

Tristes lamentos desde el país de sus maravillas

Se ensombrecio la mirada atenta del sol invernal, mientras aquella diminuta mujer narraba la triste historia de su vida. Todo lo habia perdido, las llamas habian consumido lo poco que le pertenecia, estaba sola, en un mundo desvanecido, difuso. Sus cosas habian pasado de pertenecerle, a ser de la nada, dueña de las manos ajenas y aterradoras que vigilan las noches sin luna, como monstruos del closet, como figuras sin forma, seres escurridizos, sin piedad, vacios. La sangre se derramaba en su humilde pueblo, los conquistadores irracionales querian adueñarse de aquel paraiso que le rodeaba. Su esposo, en medio de la desesperación absurda intento rescatarla de las fauces del león hambriento, de la llamarada imparable, pero sus fuerzas no fueron lo suficientemente habiles, perecio en el intento. Fusilado por las languidas manos de la violencia, por la absurda incoherencia de los muertos vivientes, regreso a ser parte de la tierra de la que alguna vez provino. Sin entierros, sin ceremonias,

Días sin sol, noches sin luna

Vacio, el calor de tu cuerpo se iba, se desvanecia entre el frio de la noche, una como tantas otras veces, te extrañaba.

El llanto de una sirena.

La madre selva invocaba desde sus entrañas un himno de salvación, un grito de esperanza a sus hijos que desaparecian entre las salvajes olas y fallecian en la cuna de sus recintos habituales, ¿porque pagaban ellos era su pregunta constante? y ¿cual era la respuesta? todo desaparecia entre las aguas, todo era borrado por ellas y sepultado en medio de avalanchas y kilos de arena humedecida, hecha barro. Los días transcurrian en noticias de aparente tragedia total, pero la verdad estaba oculta entre las hojas perdidas en la nada. Habia unión, ocurrio algo positivo despues de todo.

Subsistencia

Las olas azotaban la costa, el invierno parecia ser eterno, el llanto de las tortugas buscaba la calma, un desolado calamar luchaba por sobrevivir a un ataque, las ballenas llegaban a la arena y se encallaban con todo su peso, la sal del mar arrullaba la brisa y la volvia melosa, adherible, el mar era invadido por el manto negro del aceite, un volcan estallaba en el fondo del oceano, un arbol lloraba por sus hojas, el cielo entristecia y la naturaleza luchaba por sobrevivir a un día más de fuego cruzado.

Año nuevo, experiencias nuevas, y tu cariño.

Estabas absorto en tus pensamientos, intentando romper aquel reto que te habia propuesto aquella noche mientras no haciamos nada, comentando a cada paso lo trabajosa que era esa canción y lo malvada que había sido al ponertela. Te observaba. Sentía que el año se desmoronaba con el pasar de los minutos, ya te extrañaba. No quería despedirme, pero todo estaba cerca, solo me quedaban esos momentos, ese presente dulce y maniaco en el que nos hallabamos, de repente, y en medio de un impulso, me acerque a tu oido y te susurre... Te amo. Entre tus mejillas asomo una sonrisa de sorpresa y de alegría, me miraste, y me repetiste lo que habias dicho alguna vez, hace ya bastante tiempo. - Te amo demasiado. Eso, encanto la noche que se perdia entre las sombras y sonreia deslumbrada. El año se acababa, pero tu seguias allí, mi querido Allen.