Somos angeles derrumbados dispuestos a sucumbir en la batalla.
Seres de la noche, que sueñan con el fin del mundo mientras disfrutan del despertar de la vida.
Logrando más que palabras, estableciendo mucho más que sueños.
Contamos con los minutos que pierde el tiempo y con los besos que tiras al aire, surfeamos las catastrofes en busca de un conteo total de muertos, mientras en silencio arrullamos los llantos perdidos. El veneno es más que un arma, es la salida facil de la que siempre nos olvidamos, corremos contra el destino y nos enfrentamos a la ira divina. Más que almas, somos cuerpos, la maldición fluctua entre cometer el pecado o caer en la tentación del mismo, en hablar a ciegas o en volver todo un secreto.
Somos angeles sin palabras, que juegan con mercurio dentro del bosque.
Seres de la noche, que sueñan con el fin del mundo mientras disfrutan del despertar de la vida.
Logrando más que palabras, estableciendo mucho más que sueños.
Contamos con los minutos que pierde el tiempo y con los besos que tiras al aire, surfeamos las catastrofes en busca de un conteo total de muertos, mientras en silencio arrullamos los llantos perdidos. El veneno es más que un arma, es la salida facil de la que siempre nos olvidamos, corremos contra el destino y nos enfrentamos a la ira divina. Más que almas, somos cuerpos, la maldición fluctua entre cometer el pecado o caer en la tentación del mismo, en hablar a ciegas o en volver todo un secreto.
Somos angeles sin palabras, que juegan con mercurio dentro del bosque.
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