Permaneciste allí mientras el huracan acaba con las almas de aquellos seres en desgracia,
observaste sus rostros lugubres, enaltecidos por la venganza y el orgullo,
los traspasaste mientras el tiempo los hacia polvo y perdian sus recuerdos,
te zambulliste en el solsticio de inverno y urzurpaste su espiritu.
Al culminar la noche, lloraste, oculto entre los pedregales,
volvias a estar solo.
Habría que esperar otras dos mil noches para reencontrarte con los tuyos,
y poder recoger más tarde las cenizas,
estabas pagando tu condena.
observaste sus rostros lugubres, enaltecidos por la venganza y el orgullo,
los traspasaste mientras el tiempo los hacia polvo y perdian sus recuerdos,
te zambulliste en el solsticio de inverno y urzurpaste su espiritu.
Al culminar la noche, lloraste, oculto entre los pedregales,
volvias a estar solo.
Habría que esperar otras dos mil noches para reencontrarte con los tuyos,
y poder recoger más tarde las cenizas,
estabas pagando tu condena.
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Escaparates de la luna