El olor a tierra, a pasto,
lo arinoso del tacto,
el color rojizo apenas visible,
su sabor acido y dulce,
bajando por la garganta
mientras el cuerpo se deleita con la brisa.
Ponerlos en la cesta y regresar a la casa,
con la felicidad de cosechar unos cuantos
tomates pequeños.
Sí, eso lo había olvidado.
lo arinoso del tacto,
el color rojizo apenas visible,
su sabor acido y dulce,
bajando por la garganta
mientras el cuerpo se deleita con la brisa.
Ponerlos en la cesta y regresar a la casa,
con la felicidad de cosechar unos cuantos
tomates pequeños.
Sí, eso lo había olvidado.
Sencillo y natural como el agua del arroyo.
ResponderEliminarBesos