Escribo después de mil noches en vela,
de picnics en el parque
y de besos escondidos.
Escribo para vos
aunque no lo sepas.
Tu voz esta tan fresca en mi mente,
que podría rozarla con el filo de una idea.
Tengo vivo el recuerdo
de nuestra noche bajo la luna,
de aquella lluvia de meteoritos
en que volaste hasta la terraza de mi casa
en secreto.
Vos que siempre me deseas suerte
sabiendo que la tengo toda
porque poseo tu pata de conejo.
Desconociendo además
que guardo las rosas secas,
de aquel san Valentín tan raro que vivimos.
Más nos hemos vuelto a encontrar.
Conectados bajo los hilos invisibles de la vida,
siempre en conversaciones improvistas.
Otro café, otro romance que nos ocultamos.
Otro beso que nos damos.
Salí a la puerta de tu casa,
allí te entregare los poemas que olvidaste.
Quizás luego salga huyendo al parque,
ese de las ancianas de antiparras
y de ovillos de lana,
a contar renacuajos en la charca.
Pero y vos... ¿que pensás hacer después de que te lea esto?
de picnics en el parque
y de besos escondidos.
Escribo para vos
aunque no lo sepas.
Tu voz esta tan fresca en mi mente,
que podría rozarla con el filo de una idea.
Tengo vivo el recuerdo
de nuestra noche bajo la luna,
de aquella lluvia de meteoritos
en que volaste hasta la terraza de mi casa
en secreto.
Vos que siempre me deseas suerte
sabiendo que la tengo toda
porque poseo tu pata de conejo.
Desconociendo además
que guardo las rosas secas,
de aquel san Valentín tan raro que vivimos.
Más nos hemos vuelto a encontrar.
Conectados bajo los hilos invisibles de la vida,
siempre en conversaciones improvistas.
Otro café, otro romance que nos ocultamos.
Otro beso que nos damos.
Salí a la puerta de tu casa,
allí te entregare los poemas que olvidaste.
Quizás luego salga huyendo al parque,
ese de las ancianas de antiparras
y de ovillos de lana,
a contar renacuajos en la charca.
Pero y vos... ¿que pensás hacer después de que te lea esto?
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Escaparates de la luna