A Laura María,
aunque aún no sepa como leer.
La conocí una tardetan gris como aquel rascacielos,
tenía ojos verdes
y una voz amelocotonada.
Era una poeta de cinco años
que iluminaba la vida
con solo mirar hacia el
horizonte.
Llevaba un trajecito azul
y unos zapatos negros,
por los que el cielo
detenía su ajetreo
y se sentaba a escucharla
entre nubarrones y vendavales.
Quería irse conmigo
y yo no quería abandonarla,
quizás no la vuelva a ver,
pero dejo sus letras
escritas en mi mochila gris.
Es precioso..
ResponderEliminarEsa niña no la perderás nunca. Lo sé
Un abrazo.