Regresar a ese cuarto de hotel,
deshacer las maletas y
correr por el prado
mientras tus ojos
juegan a esquivarme.
Llenar la canasta
de quesos y vino
mientras acampamos
bajo la luz de la luna
al son de tu guitarra y mis letras.
Embrujarme con el olor de la vida.
Recorrer en silencio
una oscuridad desconocida.
Volver al hotel,
compartirte mis sueños
y uno que otro secreto ansioso.
Si, aquel cuarto de hotel
que como el café de Soco
le hacía pensar en tiempos memorables.
deshacer las maletas y
correr por el prado
mientras tus ojos
juegan a esquivarme.
Llenar la canasta
de quesos y vino
mientras acampamos
bajo la luz de la luna
al son de tu guitarra y mis letras.
Embrujarme con el olor de la vida.
Recorrer en silencio
una oscuridad desconocida.
Volver al hotel,
compartirte mis sueños
y uno que otro secreto ansioso.
Si, aquel cuarto de hotel
que como el café de Soco
le hacía pensar en tiempos memorables.
Un poema precioso. Y no por que me nombres en él, no, (aunque me ilusiona) sino por el contenido y la forma.
ResponderEliminarMe encanta encontrarte de nuevo, leerte y que me leas.
Un abrazo, linda.
Es hermoso respirar tiempos imaginarios, se viven intensamente.
ResponderEliminarTus poemas están llenos de geniales metáforas.
Un abrazo
Teresa