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Mostrando entradas de febrero, 2013

Eclipse en el campo

Camina lentamente por la acera, marcha con un cartel ensangrentado, baja por la samaria gira junto al lote desocupado un, dos, tres pasos en falso. Otro disparo Juan cae, más sangre, vuelve y toma el cartel tropieza, un grito lo aturde. María llora desconsolada frente al televisor de su "casa" mientras los medios censuran lo inevitable. La protesta se dispersa, el café sigue al mismo precio y Juan ha muerto sin ninguna primera página ni artículo en el diario. Nadie lo conoció no, María si, y ahora sola regresa a fregar los platos.

La muerte

Está noche la he visto tenía los ojos claros, la mandíbula tensa, las mejillas sonrojadas y la boca torcida. Ocultaba una noticia, una verdad que no le convencía. Ha llamado a la puerta varias veces, no he querido contestarle pero sigue ahí esperándome, esperándote, esperando.

Imaginarium

Llueve a lo lejos, y Madrid desaparece en cuanto el niño acerca sus grandes ojos al espejo. Una nube de vapor condensado arremete contra una corriente de fuego. Pronto, aparecerá la silueta de un guerrero que acabara con el dragón que ruge repleto de agua en el fondo del vidrio. Llueve a lo lejos y otro enorme monstruo de dos cabezas aparece delante de él, pero lo agarra y lo fuerza con sus tentáculos, el como un valiente espadachín lucha con todas sus fuerzas para que el enemigo no lo entre a la cascada que resuena con energía en el fondo de aquel castillo embrujado.

Vos que todo lo sabes

Ha caído la luna de cosecha en el jardín, y aún recuerdo los girasoles de tu cariño amarillo. Le escribo esta noche porque hay verbos para recitarle. He creído que usted debe saber cuanto lo he querido y lo seguiré queriendo, mi mano derecha, mi cofre de pensamientos, mi banco de sangre en caso de emergencia; y es que ha de perdonarme por adoptarlo como mío, pero se me hace difícil nombrarlo sin apropiarme de un poco de su cariño. Tenga cuidado, porque he empezado a creer que la locura es contagiosa, y puesto que lo considero mi hermano corre el riesgo de perder la cabeza antes de que se acaben nuestros días. Espero que sus lunas no lo tomen a mal, porque es claro que aún caballero es a quién le estoy hablando.

Dalia

Pienso regalarte un jardín de pensamientos, para que cubras con ellos las pequeñas lágrimas que surcan tu mejilla. Pienso regalarte también un par de Anguolas para que mesan tus sueños con cantares de protesta, de esperanzas e ilusiones. Te entregare mañana un té de manzanilla, dos sobres de azúcar y una cucharada de miel, para que les des de comer a los duendes que conservas en el fondo de tu relicario. Te llevaré todo eso más una porción de poesía para que llenes tus tardes de domingo con un poco de mis silencios.

En un mensaje

Amor, donde has ido a dejar tus botoncitos, el rosal está apunto de florecer y las raíces se sienten solas. Amor, ¿Cuánto falta para que regreses? pronto hará frío y el rosal se congela, ¿Dónde fuiste a sembrar los botoncitos? Cariño, la niebla está devorándose los edificios pronto el rosal morirá y no habrá nadie que lo reviva, ¿Dejaras de ser jardinero?

Intrascedente

Pensé en escribirte muchas cosas hoy, pero he descubierto que mis palabras no logran hacerte justicia. Así que te dejo un verso que no es tuyo, ni mío, ni de nadie: bajo la lluvia de aquel marzo un telar negro abrazo mi helado cuerpo, aún lo guardo como una reliquia milagrosa, que algún día me devolverá el aliento.

Susurros de la noche

Esta noche me ha sonado poético tu nombre. He llamado un par de veces a tu puerta pero al parecer no hay nadie en la acogedora morada, imagine un día en el parque leyéndote alguno de esos poemas anteriores que me han devuelto al paraíso que me ayudas a construir. Deseo escucharte tanto como tu anhelas ese abrazo que medio nos dimos, o el beso que aún te debo. Pronto volveré a llamar, espero que en esa ocasión atiendas.

Vendetta

Manchadas las manos de sangre, la amante pone rosas carmín sobre su pecho. El ser amado yace en el suelo hecho poesía, de versos perfectos y estrofas rítmicas, pero ¡ah! que muerta la lengua que lo narra. Cruel ha de ser el poeta que ubico a los amantes en aquel escenario. Ahora, no hay más que esperanza flotando sobre aquel charco rojizo. Poesía será el féretro, arte su transmutación a otra vida.

Una tarde del año

Al llegar febrero te sentí más cerca, imagine tus manos tersas posadas en mi cuello al igual que gaviotas al caer la tarde. Tu voz resonaba en mi interior al igual que caracoles en la oreja. Embrujada decidí llamarte y te imagine en una película a blanco y negro bajo la lluvia, tan hermoso como un David desnudo a la entrada del Partenón. Me han capturado las ideas ojala no se han más que ilusiones.

Bajo los totumos

He de amarte, a escondidas sin zozobra sin vergüenza. He de amarte cuando menos lo esperes como girasoles a mitad del invierno, buscando el sol entre tus palabras. He de soñarte de mil formas sobre distintos colores. Como aquel verano bajo los cañaduzales. Pero más que todo he de entregarte un beso que desconoces, uno que te quede debiendo de la última vez que nos vimos.

La noticia del domingo

Tenía solo ocho años, ¡Oh madre tierra como has podido dejarla! era una bola roja de pies pequeños, ¡Como han de llorarla! ¿Grita salvación, o es libertad? el dolor puede ser fuerte, no hay alma que lo soporte, y menos si aún tiene una muñeca. Le he visto su rostro, hecha una mortaja va hacia el hospital, envuelta en una sabana sabiendo que esta noche morirá. Ruego por ti pequeño ángel, tu llevarás la libertad, pronto cuando los adultos callen. ¿Volveremos a ser humanos? Porque no veo más que bestias.