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Mostrando entradas de abril, 2013

En la mañana

Hoy alguien me dijo que cuando lanzas una moneda ya sabes que va a caer, y que por eso es la mejor opción para tomar decisiones. Lo intente con una moneda de chocolate pero finalmente no la tire, es cierto, ya sabia la respuesta.

Solo nosotros

Se oye el lamento de las cigarras irrumpiendo la fría noche de abril. Tu voz como la de un gato ronrronea en mi oido y por un instante te siento cerca. Una bandada de picaflores atraviesan nuestras palabras succionando pedacitos alimentandose de amores. Como un nubarron de palomas blancas se desliza bajo la almohada tu pregunta incompleta y luego, cierro los ojos. Y luego, cierro los ojos. Estoy de acuerdo, solo nosotros sabemos estar lejos.

Batallas distantes

Explotan decenas de cardenales en el centro de la metrópolis. Como orquesta sin director se repliegan a lo largo de la avenida obstruyéndola, atravesándola. Tras el ventanal de un radiante edificio le veo aparecer aún con su traje de desconocido. El brillo de sus ojos me distrae y entre tanto una burbuja de humo teñida por la explosión llena el espacio. Habrá que salir a combatir, espero no encontrarnos entre los escombros.

Nace la noche

El sol como un pez plateado relucía entre las rítmicas olas de la represa. Era tal el ruido que producía al unirse con el agua que los navegantes tuvieron que arrullarlo, y el cielo se volvió rojizo y las garzas volaron. De repente un silencio solemne hizo que todos los observadores nos detuviesemos a mirarlo. El gran astro recogió uno a uno sus largos rayos de luz mientras la mano de un Dios acuático lo acunaba entre los nenúfares.

Carpe Diem

Se fumaba un cigarrillo y miraba al horizonte, disfrutaba de aquel olor quemado y asfixiante. Se bebía su expresso con la ilusión tajante del mañana incierto. Pintaba formas de nubes en el lienzo mientras un frenesí de inspiración le consumía velozmente las manos. Las cerdas del pincel acariciaban sus fantasías, el drama de la vida corría hecho tinta y sus ojos negros poseían la sagacidad de un gato. Tanto lo recuerdo, que a veces creo que hace mucho lo conocí.

Ni de Venus, ni de Marte

Elisa se gasto su tarde de ayer intentando explicarme porque los hombres no venían de la luna, y finalmente no le creí nada. Para demostrarle que se equivocaba le dije que esta noche mirara a su mamá y a su papá a los ojos mientras se miraban entre ellos. Al otro día me conto que en ese lugar habitaban las estrellas.

Mensajes Urgentes

No revises tu casillero hasta que pasen las vacaciones. No revises tu casillero porque seguro que encontraras la foto que Juanpa puso en su tarjeta de cumpleaños. No revises tu casillero porque puede que la señorita Amargura, la de cuarto B halla escrito una nota para citar a tus padres. No revises tu casillero porque Martica la bajita de pelo rojo me dijo que Felipe había escuchado fantasmas dentro. No revises tu casillero hasta que pasen las vacaciones para que no descubras el beso que se me escapo mientras te miraba guardar tu lonchera en el recreo.

Cantares del bosque

Un grupo de efelantes miraba hipnotizado la luna que brillaba cual moneda en baúl de tesoro de pirata. Un trío de margaritas anonadas les cantaban cuentos de estrellas lejanas. De repente, unas pinceladas rojas bañaron el cielo y ¡ah! cuan bello fue cuando Martín pinto la sonrisa de la Rosita en el cuerpo plateado de la luna.

O´Clock II

Si bien he obtenido una historia y unas cuantas risas, he terminado con la respiración bulliciosa que deja entrever un poco la ansiedad que aún guarda mi cuerpo. Se ha bajado conmigo y me ha amenazado de muerte con un tono tan irreal que me ha dejado interesada en su persona. Con el temor intentando colarse bajo mis huesos me he bajado como en cualquier otra ocasión, con los ojos distraídos y la sonrisa amplia. Mientras tanto el se ha ido cantando parque abajo sus desventuras y yo, como si nada he subido los escalones de dos en dos, como en otras épocas para escribir esto, para completar la historia.

O´Clock

Un hombre que dice no ser hombre toma el bus y narra una vida perdida. Comienza a explicar su hambre, sus historias de muerte y su vida de delincuencia. Menciona un universo lejano al que no tenemos alcance y de repente me preocupo por su cercanía. ¡Que idea más hipócrita! Más la risa me ha invadido, y ya es hora de bajarme, me iré y el se bajara conmigo.

Hotel 51

Lo mira de reojo sin alejarse del aparato electrónico, con disimulo le ofrece una tierna sonrisa y él a la espera de un cambio mantiene la mirada. Más nada ocurre y como algunas historias nunca concluyen.

Realidades invisibles

La saluda y con un remordimiento palpable le entrega su mano aún temblorosa por el encuentro. Cruzan dos frases y él se aleja ausente y embrujado por dos tarros con hierbabuena. Con rencor le mira alejarse tan despreocupado, y asqueado por el recuerdo se unta en las manos una porción de desinfectante. Al regresar a su hogar, comenta: ¡Amor has visto cuanto sufre la gente en el país, y tantos ciudadanos sin hacer nada!

Invenciones de la infancia

Inesperadamente me llene de lunares y la lluvia escandalizada se desplegó en forma de granizo. Solo entonces recordé aquellos viajes de automovil en las noches del valle, cuando las gotas en el vidrio iluminadas por las farolas públicas me hacían Dálmata.

Llanto insomne

Siento aún su cuerpo agitado y tembloroso, meciendose sobre mis brazos. Llora, con sus pequeños pulmones como un gigante enfurecido, negandose al llamado de morfeo. Mi corazón está enloquecido por no poderlo calmar y angustiado busca tranquilizarse por medio de los arrullos. De repente sonríe  y el mundo se vuelve una manta de lana calientita.

Cascajal

El aire se nos adhiere como una telaraña pegajosa y salada en nuestras blancas y tersas pieles. El olor a caña se aglomera en los rincones del automovil y nos asfixia, nos desespera. ¿Cuantas horas tendran que pasar para que se digan las apremiantes palabras? Afuera un vaso con agua que tintinea con el navegar de un hielo fresco, recuerda primavera. María se quita el zapato, mientras una gota de sudor rueda por el bigote de Guillermo. Un vaho de vapor trepa por la acera y se cuela en la camisa de Abril, ¿Donde enterraran al muerto?

Silvia

Desde la montaña llegan las voces de caminantes perdidos, mientras un perro moribundo se pasea por el callejón. A lo lejos un redoble de tambores marca la finalización de aquel desconocido rito que ruge como las entrañas de un tigre hambriento. Martín se ha asomado a la ventana a saludar, desconociendo quién lo ha llamado. Ojalá sueñe con el murmullo del río, allí encontrara sus respuestas.

Frente a las estrellas

¿Es esa mi alma? si, la que huye bajo el travesaño de la puerta temblorosa y gris mimetizandose con mis palabras. ¡Oh! será triste y quejumbroso su destino, no creo que la reconozcas mi azulejo de pecho rojizo, pues ha cambiado tanto que no la creo mía. ¿Me diras si se ha estancado en mi charco? o ¿La dejaras sin compañia?