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Hipótesis de viernes

A veces cuando el sol parece un plato sumergido en miel, sus rayos caen sobre nuestros hombros como pequeñas llamaradas y sonreímos. Pronto aparecerán las aves.

Vendrán hacia nosotros con sus picos de colores y sus multi tonadas en Sí. ¿Les has escuchado? Su aleteo suena como una brisa del verano, al igual que un pequeño silbido que separa los frutos de los árboles.

Ellos nos brindarán de esas ramas que recolectan para sus nidos, llenas de ese olor a naturaleza nueva, a rama verde recién partida. Empezaremos por sentir la mullida y picosa fibra del pasto, que aún guarda algo del rocío de la mañana.

Luego vendrán las hormigas a conquistarnos, sentiremos sus delgadas y pequeñas patitas subiendo por nuestro cuerpo, haciéndonos cosquillas, regalándonos risas.

Así pasará el día hasta que la lluvia se cierna sobre nosotros y huela a tierra y a nardos y al sudor de cuerpos mojados. Por supuesto, así luce abril.

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