Ese recuerdo lejano de la carne siendo arranca del cuerpo,
de la mano sujetando unos cabellos que caen como serpientes a lo largo de la espalda,
el tintineo iridiscente de una cadena que se choca contra unos pechos,
un grito ahogado y dos frases suspendidas en un aroma cargado de sal y hormonas,
y la sensación aterciopelada en la punta de los pies de querer irse más adentro
buscando más de aquello que hace tanto no puede recordar.
de la mano sujetando unos cabellos que caen como serpientes a lo largo de la espalda,
el tintineo iridiscente de una cadena que se choca contra unos pechos,
un grito ahogado y dos frases suspendidas en un aroma cargado de sal y hormonas,
y la sensación aterciopelada en la punta de los pies de querer irse más adentro
buscando más de aquello que hace tanto no puede recordar.
Ese misterioso mundo de la mente... tan impenetrable...
ResponderEliminarAbrazo, linda
Brutalmente sensitivo poema. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog hace unos meses, no te respondí por que estuve bastante inactivo un buen tiempo. Ahora estoy intentando resucitarlo, así que espero que nos leamos más a menudo en los próximos meses.
Un saludo, nos leemos dentro de poco.