Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Desde un pequeño tejado

Nadie parecía verlo y yo solo podía preguntarme ¿Qué hace allí? ¿Tendrá alas? fue entonces cuando saco el martillo repitió el rítmico golpeteo. El hombre en el techo lucía tan gris como el cielo y parecía flotar sobre las gruesas tejas de Zinc que aún que daban allí. Usaba una gorra para protegerse de un sol invisible pero intermitente, como la llama de una vela de cara al viento. Su espalda se curvaba como el ala de un ave que se mecía en el horizonte. Fui corriendo a la tienda ¿Unos pequeños tornillos le harían bajar? El tendero demoró mucho pero no hizo ninguna pregunta, no conocía el final exacto de aquel pedido común. De regreso a la plaza, mire hacia lo alto en su búsqueda. Ya no estaba. Busqué en los techos cercanos, pero nada. Se había ido. El hombre ave había perdido su martillo en la huida.

Hipótesis de viernes

A veces cuando el sol parece un plato sumergido en miel, sus rayos caen sobre nuestros hombros como pequeñas llamaradas y sonreímos. Pronto aparecerán las aves. Vendrán hacia nosotros con sus picos de colores y sus multi tonadas en Sí. ¿Les has escuchado? Su aleteo suena como una brisa del verano, al igual que un pequeño silbido que separa los frutos de los árboles. Ellos nos brindarán de esas ramas que recolectan para sus nidos, llenas de ese olor a naturaleza nueva, a rama verde recién partida. Empezaremos por sentir la mullida y picosa fibra del pasto, que aún guarda algo del rocío de la mañana. Luego vendrán las hormigas a conquistarnos, sentiremos sus delgadas y pequeñas patitas subiendo por nuestro cuerpo, haciéndonos cosquillas, regalándonos risas. Así pasará el día hasta que la lluvia se cierna sobre nosotros y huela a tierra y a nardos y al sudor de cuerpos mojados. Por supuesto, así luce abril.

Dadaísmo compartido

Hace doscientos años le robe un beso mientras dormía, sus labios no se sintieron como me lo imaginaba. Nunca pude entender su sabor, solo sabía que cuanto más cerca estaba de ellos, mejor me sentía... Era como darle vuelta al reloj de arena de la vida: ahora lo inevitable era ser parido, en un mundo que se sumergía en el océano. Océano como el que esa gota de saliva de mis glándulas fue para ella, cuanto hubiera dado por haber puesto una mano sobre su carne sudorosa y firme, cuanto hubiera dado por que ella hubiera puesto las suyas sobre las mía, fría y nerviosa... Pero ya van muchos, quizás demasiados años después de eso y heme aquí, pensándola. El sol se pone lentamente desde el medio día, pero ¿Cómo puede ser un día lento comparado a tantas décadas? -  Como darle la vuelta a un reloj de arena de la vida,  Sí! así se sentía. Con el cariño añadido de Julián.

Recordando un día de lluvia

Regresamos, estamos de nuevo aquí reencontrándonos contigo. Respiramos el aire y sentimos como la brisa nos trae el recuerdo del agua, como se impregna en este insignificante papel que quiere dejarte todo el cariño. No te hemos olvidado, cada minuto que pasa alguno de nosotros piensa en ti. Si bien te fuiste en un día de lluvia, regresas con el agua, sumergida en cada pedazo de naturaleza que vamos dejando atrás. Te has convertido en sirena y sigues conquistando bancos de peces en cada amanecer. Siempre te querremos.

Como el camino perdido

Recuerdo su mano deslizándose a lo largo de mi muslo, arrastrándome con firmeza hasta hacer entrechocar nuestras caderas. Se me hace ver aún su mirada hipnótica agitándome el alma, meciéndose en el candor de un roce. Pienso en sus labios deslizándose por mi pecho, sin pedir permiso sin escuchar ningún reproche. Creo que aún puedo sentir la fiereza de su cuerpo invadiendo mis entrañas.

Sílabus de labios

Besos acelerado, insurjentes, revolucionarios, empedernidos, fervorosos, cándidos, anhelantes. Besos secretos, pasionales, temidos, soñadores, gustosos, llenos de alma, invadidos por ángeles y demonios. Besos como los tuyos: inesperados, ansiosos, eléctricos, prohibidos. Besos de estatuas, de amores prohibidos, desconocidos, besos de niños, de despedida, de pesadillas, de sábanas muertas, de cocción lenta, de Tierra fresca. Besos que invitan a perderse, a viajar, amar, reencontrarse, disfrutar de compañia, tatuarse el alma, a invadir lo prohibido. Besos como los tuyos que me gustan para domingo, para un dia soleado, para una noche loca, para sentirme vivo. Besos que le pertenecen a otro, a ti y a nuestros días.

Una noche en abril

Estás cerca y como es usual lanzas una moneda para decidir tu destino y el que parece acaso, ser el mío. Me inclino hacia ti mientras marzo me cae a borbotones por el cuello de mi chaqueta negra.En medio de tu entrecortado respirar siento las caricias de tus labios despidiendo un viernes que aún no culmina. Unos ojos lejanos observan mi crimen, y entre pestañeos y guiños comentan su aprobación. ¿Cuánto tiempo más tendremos que permanecer en este río de metales? el tiempo parece haberse congelado en medio de tu sueño. Me pensarás toda la tarde. Eso, puedes asegurarlo.