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Historias Post-Apocalípticas


Hola. No me conoces y no sé quién eres. Es más, puede que no exista ninguna posibilidad de que sigas vivo (sin ofender a tu fantasma por supuesto) Pero está es la realidad del año 2084. Aquí no hay más que sobras incineradas, huesos, fuego que aún no se extingue y un centenar de ratas y cucarachas. Así que bienvenido a Histeca mi buen amigo, aquí tenemos el mejor lema de cualquier estado: Histeca, donde la histeria colectiva y la realidad nos hundieron. Pero no te aflijas que ahí es donde empieza lo bueno, y puesto que el nuevo censo poblacional me ha declarado como el individuo más alegre y carismático tengo el deber de darte un recorrido. Pero no sin antes presentarme: Soy Nicolás el famoso (pero no tan conocido) hombre cucaracha. Ya sé que luzco algo raro y todo pero es la última moda en Histeca o bueno en realidad la única que me ha permitido sobrevivir estos meses. Desde la revolución tengo seis patas, un par de antenas y una coraza que me protege del exterior (sí, sé que eso no se escucha muy agradable una vez que te he dicho que soy el hombre cucaracha pero así es como me las apaño).

Fue justo aquí, en Middle Land donde Histeca comenzó. Aún no había amanecido cuando sonaron las alarmas del simulacro matutino. Lentamente cada habitante de Middle Land se puso su bata y avanzo por las calles hacia el punto de encuentro más cercano, la multitud inundaba las avenidas. Los cuerpos de ayuda calculaban que en tan solo cuatro minutos cada casa y edificio de la ciudad estarían vacíos y exactamente así fue. Lo que nadie esperaba era que una nueva alarma sonará justo en el instante en que un avión cruzaba los cielos y abría sus compuertas. Durante unos cuantos segundos un grito ahogado inundo el aire, luego todo pareció volverse naranja y rojo y finalmente el silencio se hizo eterno. No puedo decir con exactitud cuánto tiempo duró el silencio o acaso lo que tuve que esperar para volver a moverme a la perfección, lo que te he contado es todo lo que alcanzo a recordar.

Aparentemente tu y yo somos los únicos habitantes de este confinado planeta (bueno sino contamos a las ya mencionadas ratas y cucarachas) pero quizás eso no dure mucho más. Llevo meses encerrado en mi pequeño laboratorio y he descubierto que si uno mis genes con los de las cucarachas puede que por fin presenciemos el primer hombre cucaracha y el equilibrio pueda restablecerse. Ya sé, se que te dije que yo era el primero, pero la verdad es que solo es un traje, supongo que debí trabajar en él cuando supe de las amenazas atómicas y por ello sobreviví. Desde entonces tengo miedo de quitármelo y empezar a mutar o quizás hasta desaparecer como lo han hecho muchos otros.

Mañana mediante un sistema de agujas perfectamente alineadas con el sol y un par de engranajes que rescate de una fábrica, creare unas capsulas en donde se concentrará la esencia genética de las cucarachas. Luego con otro par de agujas extraeré mi ADN y pondré ambas capsulas en una centrífuga movida por ratas, para que finalmente la energía electromagnética proveniente de la luna active los circuitos radiales modificando el proceso de evolución de las células.

El resultado pasará posteriormente a un sistema de aislamiento en donde la ooteca de la cucaracha será invadida por un espermatozoide el cual intervendrá en los procesos de mutación de la ninfa y generara una ninfa revestida por células que harán la vez de placenta. Será cuestión de dos semanas para que la placenta se rompa y el bebe/ninfa esté en las condiciones óptimas para adecuarse al ambiente actual.
Espero que sigas aquí para presenciarlo. No hay mucha gente con la que pueda hablar y las ratas empiezan a creer que me estoy volviendo loco. Una vez más bienvenido a Histeca ¡Hagamos que la magia comience!

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