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Jardines y sus cuidados

Es cierto - decía María- Las espinas se te clavan en la piel y terminan brotando desde tus entrañas. Más la realidad no era ni ligeramente cercana, o eso decían las flores. Por que cuando las raíces empezaban a brotar tenías de dos colores: Dejarlas echar raíces y cuidarlas, o dejar que crezcan con hierbajos y maleza hasta convertirte en cardo.
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Reflexiones del aquelarre

Quizás es un poco de todo: la falta de aire, espacio o sueños inacabados. Quizás es una necesidad de libertad que te acosa hasta las más íntimas pesadillas. Es el olor de la carne relamiéndose en vidas alternas, en situaciones paralelas que acechan gritando tu nombre. ¿Será cierto? ¿Estaremos destinados a perseguir metas imposibles? ¿Será que solo vemos, sentimos, escuchamos y olemos lo necesario para sobrevivir? El caos es una manera estética y artística de despertar aquello que guardamos y dejamos anestesiado en la comodidad de nuestro cerebro. Es el clic que permite encender las luces, poner la música y empezar a bailar en los bordes de la cordura ¿No es la tecnología la perfecta distracción para alejarnos del camino de la duda, la curiosidad y el arte? ¿Seremos esclavos eternamente? Me doy un tiempo de sentir lo mal que he tratado a mi cuerpo en los últimos meses: las comidas en exceso y a deshoras, las desveladas, los cabilamientos circulares que no hacen más que fomentar el e

Cartas a las estrellas

Querida Dalia, han pasado meses desde que sentí el aroma de tus flores. Hoy mi corazón tiembla ante la fría cuchilla de la realidad ¿Es tan difícil crecer? Me gustaría... e intento ser fuerte ante las circunstancias, pero en el fondo no soy más que un caleidoscopio. Ojalá que me escucharas y como antaño, tus manos relajaran mis adoloridos músculos. ¿Qué estarás haciendo ahora? me pregunto. Y la noche poco a poco se lleva mis palabras.

Deseos de domingo #21

A veces deseo ser una pequeña libélula danzando con el viento una coreografía invisible, y en noches de luna imagino como beso las nubes poco a poco hasta llenarme de algodón de estrellas. En las mañanas uso mi traje de seda bordeado con plumas de flamenco y llego volando hasta el trabajo y me poso en la pantalla de la computadora a dibujar un nuevo paisaje de azucenas.

Al interior de un pequeño tejado

Hace tiempo que le busco, ¿O me busca? El hombre de la espalda curva y los pies de algodón flota sobre las estrellas y mece sus calcetas para acunar el paso de los días. Hace tanto que he dejado de hablarle, ya su rostro se disuelve en la tinta invisible de los años. Me gustaría volverle a robar un beso de colibrí, rápido, filoso, inquietante pero sobretodo dulce, como el néctar de las azucenas. Espero algún día me encuentre ¿O lo encuentre? Quién sabe si soy yo o él quién sueña el paso de las horas sobre este teclado de hielo. Faltarán dos pasos y medio para las doce y aún el té no se posa sobre mis hombros de nube.

Mi mamá no es de este planeta.

Ella, aunque este a kilómetros de distancia sabe si estoy enferma, si me he puesto triste o incluso si hice alguna travesura. Mi mamá aunque este lejos me abraza en las noches, me protege y me cuida de todo aquello que pueda dañarme Mi mamá como la tuya, es la mejor del mundo: sabe alegrar los días, se preocupa en exceso, cura enfermedades con caricias, se enoja como nadie y transforma los días en aventuras. Mi mamá como la tuya, me ha enseñado tantas cosas que aunque hoy estemos en países diferentes puedo abrazarla con letras y sabrá todo lo que la quiero. ¡Feliz día mamá! Estoy más que segura que no eres de este planeta.

Arturus

Escucho como llegan desde lejos los susurros de tu piel que me llaman y recuerdo aquellas tardes en la banqueta mirando las diez mil estrellas que haríamos nuestras. Pronto nos veremos mi linda estrella.