Un hilo suelto en un telar

Dulces sueños desde el mundo de la inconsciencia humana,
de lo inadvertido y asombroso,
aqui donde las tinieblas se tornan amigables y acogedoras,
donde el silencio es una cancion de cuna diaria, melodiosa, dulce.
En este país al que no alcanzo a llegar alicia, donde el coro al unisono repite un soneto de busqueda con el fin de encontrar el comienzo que abrio este disparate.

Dulces sueños, mis queridos monstruos intagibles y perecederos,
mis almas en pena que divagan tristemente por un camino sin salida,
mis perros callejeros, mis sabuesos sin rastro, mis esqueletos de orquesta,
mis musas añoradas que se difuminaron como la tiza en medio de una laguna de pensamientos.

Dulces sueños desde la nada infructuosa y liquida,
donde el flujo sanguineo y ritmico se desvarata y renace de lo absurdo, de la cenizas del fenix,
acunense bajo el viento ardiente y radioactivo, mientras la cordura se pierde en la distancia, oxidada.

Sueñen, callen y esperen la muerte de la ignorancia,
mientras el cielo cubre con su manto a la masa,
sin reflejar la luz, opacando la idea,
suicidensen en el tiempo y pierdan el sentido de anilisis.

Yo, me quedare observando las estrellas mientras todos duermen y sueñan anciosamente con el mañana, esperare a que alicia llegue y corra al lado del sombrero loco, y juntos en el picnic de
desvaríos esperemos el amanecer, asi nunca llegue, asi las horas pasen y la esperanza persista, aqui en el etér del conocimiento absurdo.