Se me hace verlo llegar, aún adormilado, aún sintiendo los sueños que pensó en la madrugada. Se me hace verlo cruzar la calle con una manzana verde recién despojada del árbol, con un par de audífonos viejos que reproducen una canción en re bemol, y con esa ilusión latente de un niño que ha decidido querer con una pizca de esperanza.