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Mostrando entradas de febrero, 2014

Creer en lo que es no debido

Justo a las seis y cuarto creo en la esperanza de lo impensable, dos minutos después el mundo se incendia y aún la esperanza de que el fuego culmine se mantiene, ojalá sea cuestión de barrer las cenizas de un instante añejo y re acomodar los anaqueles, sembrar nuevas azucenas.

Lo que está debido

Muertos como calles inundadas                    de guerra como tribu en ciudad de hierro como navaja ciega en un bolsillo                                        sin filo Justo como los anuncios que cuelgan de la ventana de esta llamada telefónica.

Despedida

Se deshizo en pedazos como azúcar en un tazón lleno de lágrimas y cayó el vacío sobre la noche mientras la oscuridad más profunda repetía una sola palabra en un eco interminable.

...De otros días

De él solo me quedan unas hojas que son como la crema y la naranja, dos pequeñas puntas de  un libro dobladas y una nota al final de una página. Si solo los libros pudieran transmitir un abrazo,

Una catarata de luciérnagas

Se me hace verlo llegar, aún adormilado, aún sintiendo los sueños que pensó en la madrugada. Se me hace verlo cruzar la calle con una manzana verde recién despojada del árbol, con un par de audífonos viejos que reproducen una canción en re bemol, y con esa ilusión latente de un niño que ha decidido querer con una pizca de esperanza.

Un ataque de cariño

Salta la barda y con una sonrisa pícara se desliza colina abajo sobre sus jeans oscuros. En el momento justo en que sus pies van a tocar la quebrada, se detiene y se agacha y con sumo cuidado arranca un par de dientes de león y una Julia recién florecida sin que el guardia con ojos de halcón alcance a divisarlo entre los matorrales. Ágilmente esconde el botín en su maleta y sube risueño a entregarme aquel tesoro. Un tierno pedazo de cielo con alas y la complicidad de un crimen del que ahora soy parte.

Líneas del infinito

Qué bien le quedan esos silencios de abedul, esa fuerza melancólica de sauce que crece deliberadamente y se transforma en la mezcla extraña de miel y cebolla. Pronto se aleja el sauce llorón y me quedo con un manzano que me alimenta de cariños.

Dos sujetos, un par de personas, un verbo

Me gusta cuando el silencio es profundo Y no puedo soportar la risa, Me gusta saber que es viernes Para poder olvidar cuanto sea necesario. Le gusta escuchar música en alto Para sentir cada instrumento perforándole el alma Le gusta llega a casa y quitarse la camisa Para olvidar el trabajo en la puerta Y sentirse libre. Nos gusta compartir nuestros demonios Para apaciguarlos en compañía Al menos unos segundos. Nos gusta ser nosotros Para mezclar nuestros gustos En una taza de chocolate.