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Mostrando entradas de 2014

San Miguel de Allende #2

Estaba el de la manzana y su pervertida mirada - El hombre de la paloma y su diente faltante - La niña que se eleva al cielo con su mirada distante - Las mujeres de piel blanca y sombreros aparatosos - La señora que llora la escultura de parpados abiertos - La niña de pocas palabras - La luna y el hombre que se mece - La guitarra danzante y el pintor que danza en el cosmos - El nombre que flota y la leyenda y el silencio.

San Miguel de Allende

Danzaban entre las pinturas como musas desnudas impregnadas de incienso y oleo Se escondían entre el arcángel palo de rosa acompañadas por el son de una guitarra Olía a Sevilla pero seguíamos en México con ellas todas desnudas iluminadas por la luna Felices salieron de los marcos y sentimos el fuego nos quemamos la piel Así Efímeros infinitos irreales las amamos, nos amamos y se hizo noche.

Mientras tanto llueve

Hoy me he conmovido con el libro Esto que ves es un rostro  de Lolita Bosch , quién se enfrenta a la muerte con pluma en mano y experimenta con el lenguaje una y otra vez a lo largo de cada página. Economiza signos de puntuación y nos demuestra que la vida no tiene tantas pausas como creemos, que cada oración es solo un peldaño de una escalera infinita sin dirección. La memoria, el cuerpo y el alma son los tres pedazos que nos conforman y, los cuales nunca pero nunca podrán unirse. Por ahora un aparte: "Mirarse en el agua sucia de un charco y no entender nada. Columpiar a las estrellas y escalar el hierro. Cazar con lazo a las nubes y convertirlas en globos. Escupir las gaviotas que en el cielo tragaste. Oxidar los soles, congelar el viento. Poner todos los alientos tras una vitrina. Lanzar a los cisnes por los toboganes. Inventar remolinos y tornados. Viajar a la luna. Salir de todo por un agujero y conocer el vacío. Caer sin lastimarse nunca."

Concurso de relato corto Metrobook

Paso a contarles que recientemente participe en un concurso de relatos cortos de Metrobook y hoy ha salido el Fallo. ¡He llegado a la final con la historia titulada: el guardían de hombres invisibles! Pronto habrá más textos rondando por el blog.

Con cariño querida Soco

La luna errática con pasos de cisne navega incesante bajo el albornoz de una azucena Soco les pinta indulgente un amanecer repleto de mariposas de Pompeya Un ganso alegre creyéndose un galán se pavonea airoso frente a la dulce artista Luego llega la lluvia y el sueño nos mece bajo la ardiente piel de un crisol veraniego

Noches de guerra

Una luna negra nos cayó a los pies como hecha por las manos de un gigante, nos susurro al oído como si ser ciego a la noche no fuese suficiente y nos tomo de la mano hacia el cielo infinito. No hubo voz que apaciguara el largo sendero aquella noche, ni alma ni sombra que acallara nuestros temores, más aún así nos hicimos viejos y hombres y mujeres consumidos por el polvo.

Parece ser que a veces la vida nos viene del lugar menos pensado

Le escucho y sonríe Como si su sonrisa pudiese alivianar El peso de su historia La miro me mira y repite Esa noche casi muero Es como porcelana Y se ve igual que una nuez Pero aun tiene la vida Que a mí y a ti nos falta Mañana amanecerá Ella estará en su casa Y unas manos invisibles Saldrán con ella A vigilar su recorrido

El último junio

Esa noche descubrí que él tenía los ojos más oscuros que jamás haya visto, que después de las doce su boca pronunciaba las verdades que la tarde encubría con picaflores y que la realidad usualmente viene recubierta con jugo de limón.

100 COSAS PARA HACER ANTES DE QUE SE ACABE EL AÑO

Lo más probable es que haya sido por envidia o quizás solo fuese el simple placer de pensar en imposibilidades factibles, en cualquiera de los casos está es mi lista de 100 cosas que quiero hacer por lo pronto, espero se animen a hacer la suya: 1 .        Escribir un poema que me haga recordar algo que aún no sucede 2.        Regalarle un abrazo a un desconocido en una noche fría. 3.        Viajar a un lugar con cielo despejado 4.        Caminar sin rumbo unas cuantas horas 5.        Encontrar algo y empezar una colección de cosas perdidas 6.        Rodar colina abajo esquivando los árboles 7.        Hacer un picnic con mi hermana 8.        Preparar un pudín 9.        Darle ese pudín al hombre iguana proveniente de la lejana estrella 10.    Hacer Pan con nueces 11.    Retomar aquella novela que había comenzado hace un año 12.    Darle una sorpresa al hombre de la luna 13.    Preparar un postre con papá que aún no se haya inventado 14.    Salir a caminar c

Éxtasis invernal

Ese recuerdo lejano de la carne siendo arranca del cuerpo, de la mano sujetando unos cabellos que caen como serpientes a lo largo de la espalda, el tintineo iridiscente de una cadena que se choca contra unos pechos, un grito ahogado y dos frases suspendidas en un aroma cargado de sal y hormonas, y la sensación aterciopelada en la punta de los pies de querer irse más adentro buscando más de aquello que hace tanto no puede recordar.

Dos calles desiertas

El naufrago se sumerge en una mortaja repleta de lejía, tratando de recordar un viaje en barco bajo las estrellas. Marianita lo dibuja, sentada sobre su pequeña silla rodeada de una mesa bien puesta para tomar el té a las tres. El tipo del dibujo le sonríe y con tristeza lejana le hace un dulce gesto para que le añada un bigote donde antaño solía lucir una tierna y ferviente sonrisa. Ella puritica de inocencia se ríe y conforme el lápiz empieza a trazar sus lineas, el naufrago se sumerge emocionado entre una luna con forma de croissant.

Un día nublado

Pienso en la carne que se vierte sobre un trozo de olvido, en el compás ardiente de un cuchillo sin filo. Pienso y cuanto más pienso divisó la tarde gris invadiéndose de insectos igual que la plaga de mariposas en el estómago.

Desde un pequeño tejado

Nadie parecía verlo y yo solo podía preguntarme ¿Qué hace allí? ¿Tendrá alas? fue entonces cuando saco el martillo repitió el rítmico golpeteo. El hombre en el techo lucía tan gris como el cielo y parecía flotar sobre las gruesas tejas de Zinc que aún que daban allí. Usaba una gorra para protegerse de un sol invisible pero intermitente, como la llama de una vela de cara al viento. Su espalda se curvaba como el ala de un ave que se mecía en el horizonte. Fui corriendo a la tienda ¿Unos pequeños tornillos le harían bajar? El tendero demoró mucho pero no hizo ninguna pregunta, no conocía el final exacto de aquel pedido común. De regreso a la plaza, mire hacia lo alto en su búsqueda. Ya no estaba. Busqué en los techos cercanos, pero nada. Se había ido. El hombre ave había perdido su martillo en la huida.

Hipótesis de viernes

A veces cuando el sol parece un plato sumergido en miel, sus rayos caen sobre nuestros hombros como pequeñas llamaradas y sonreímos. Pronto aparecerán las aves. Vendrán hacia nosotros con sus picos de colores y sus multi tonadas en Sí. ¿Les has escuchado? Su aleteo suena como una brisa del verano, al igual que un pequeño silbido que separa los frutos de los árboles. Ellos nos brindarán de esas ramas que recolectan para sus nidos, llenas de ese olor a naturaleza nueva, a rama verde recién partida. Empezaremos por sentir la mullida y picosa fibra del pasto, que aún guarda algo del rocío de la mañana. Luego vendrán las hormigas a conquistarnos, sentiremos sus delgadas y pequeñas patitas subiendo por nuestro cuerpo, haciéndonos cosquillas, regalándonos risas. Así pasará el día hasta que la lluvia se cierna sobre nosotros y huela a tierra y a nardos y al sudor de cuerpos mojados. Por supuesto, así luce abril.

Dadaísmo compartido

Hace doscientos años le robe un beso mientras dormía, sus labios no se sintieron como me lo imaginaba. Nunca pude entender su sabor, solo sabía que cuanto más cerca estaba de ellos, mejor me sentía... Era como darle vuelta al reloj de arena de la vida: ahora lo inevitable era ser parido, en un mundo que se sumergía en el océano. Océano como el que esa gota de saliva de mis glándulas fue para ella, cuanto hubiera dado por haber puesto una mano sobre su carne sudorosa y firme, cuanto hubiera dado por que ella hubiera puesto las suyas sobre las mía, fría y nerviosa... Pero ya van muchos, quizás demasiados años después de eso y heme aquí, pensándola. El sol se pone lentamente desde el medio día, pero ¿Cómo puede ser un día lento comparado a tantas décadas? -  Como darle la vuelta a un reloj de arena de la vida,  Sí! así se sentía. Con el cariño añadido de Julián.

Recordando un día de lluvia

Regresamos, estamos de nuevo aquí reencontrándonos contigo. Respiramos el aire y sentimos como la brisa nos trae el recuerdo del agua, como se impregna en este insignificante papel que quiere dejarte todo el cariño. No te hemos olvidado, cada minuto que pasa alguno de nosotros piensa en ti. Si bien te fuiste en un día de lluvia, regresas con el agua, sumergida en cada pedazo de naturaleza que vamos dejando atrás. Te has convertido en sirena y sigues conquistando bancos de peces en cada amanecer. Siempre te querremos.

Como el camino perdido

Recuerdo su mano deslizándose a lo largo de mi muslo, arrastrándome con firmeza hasta hacer entrechocar nuestras caderas. Se me hace ver aún su mirada hipnótica agitándome el alma, meciéndose en el candor de un roce. Pienso en sus labios deslizándose por mi pecho, sin pedir permiso sin escuchar ningún reproche. Creo que aún puedo sentir la fiereza de su cuerpo invadiendo mis entrañas.

Sílabus de labios

Besos acelerado, insurjentes, revolucionarios, empedernidos, fervorosos, cándidos, anhelantes. Besos secretos, pasionales, temidos, soñadores, gustosos, llenos de alma, invadidos por ángeles y demonios. Besos como los tuyos: inesperados, ansiosos, eléctricos, prohibidos. Besos de estatuas, de amores prohibidos, desconocidos, besos de niños, de despedida, de pesadillas, de sábanas muertas, de cocción lenta, de Tierra fresca. Besos que invitan a perderse, a viajar, amar, reencontrarse, disfrutar de compañia, tatuarse el alma, a invadir lo prohibido. Besos como los tuyos que me gustan para domingo, para un dia soleado, para una noche loca, para sentirme vivo. Besos que le pertenecen a otro, a ti y a nuestros días.

Una noche en abril

Estás cerca y como es usual lanzas una moneda para decidir tu destino y el que parece acaso, ser el mío. Me inclino hacia ti mientras marzo me cae a borbotones por el cuello de mi chaqueta negra.En medio de tu entrecortado respirar siento las caricias de tus labios despidiendo un viernes que aún no culmina. Unos ojos lejanos observan mi crimen, y entre pestañeos y guiños comentan su aprobación. ¿Cuánto tiempo más tendremos que permanecer en este río de metales? el tiempo parece haberse congelado en medio de tu sueño. Me pensarás toda la tarde. Eso, puedes asegurarlo.

Un sinfín de paisajes

Sentarse a pensar en lo larga que es la vida, y sentir que ya ha pasado mucho tiempo en el que no has hecho nada más que cargar con cosas a lomo de mula. Mirar al techo y descubrir dos o tres fisuras que le sirven de espejo a tu mente para darse cuenta de que a la vida le ha faltado vivir.

Creer en lo que es no debido

Justo a las seis y cuarto creo en la esperanza de lo impensable, dos minutos después el mundo se incendia y aún la esperanza de que el fuego culmine se mantiene, ojalá sea cuestión de barrer las cenizas de un instante añejo y re acomodar los anaqueles, sembrar nuevas azucenas.

Lo que está debido

Muertos como calles inundadas                    de guerra como tribu en ciudad de hierro como navaja ciega en un bolsillo                                        sin filo Justo como los anuncios que cuelgan de la ventana de esta llamada telefónica.

Despedida

Se deshizo en pedazos como azúcar en un tazón lleno de lágrimas y cayó el vacío sobre la noche mientras la oscuridad más profunda repetía una sola palabra en un eco interminable.

...De otros días

De él solo me quedan unas hojas que son como la crema y la naranja, dos pequeñas puntas de  un libro dobladas y una nota al final de una página. Si solo los libros pudieran transmitir un abrazo,

Una catarata de luciérnagas

Se me hace verlo llegar, aún adormilado, aún sintiendo los sueños que pensó en la madrugada. Se me hace verlo cruzar la calle con una manzana verde recién despojada del árbol, con un par de audífonos viejos que reproducen una canción en re bemol, y con esa ilusión latente de un niño que ha decidido querer con una pizca de esperanza.

Un ataque de cariño

Salta la barda y con una sonrisa pícara se desliza colina abajo sobre sus jeans oscuros. En el momento justo en que sus pies van a tocar la quebrada, se detiene y se agacha y con sumo cuidado arranca un par de dientes de león y una Julia recién florecida sin que el guardia con ojos de halcón alcance a divisarlo entre los matorrales. Ágilmente esconde el botín en su maleta y sube risueño a entregarme aquel tesoro. Un tierno pedazo de cielo con alas y la complicidad de un crimen del que ahora soy parte.

Líneas del infinito

Qué bien le quedan esos silencios de abedul, esa fuerza melancólica de sauce que crece deliberadamente y se transforma en la mezcla extraña de miel y cebolla. Pronto se aleja el sauce llorón y me quedo con un manzano que me alimenta de cariños.

Dos sujetos, un par de personas, un verbo

Me gusta cuando el silencio es profundo Y no puedo soportar la risa, Me gusta saber que es viernes Para poder olvidar cuanto sea necesario. Le gusta escuchar música en alto Para sentir cada instrumento perforándole el alma Le gusta llega a casa y quitarse la camisa Para olvidar el trabajo en la puerta Y sentirse libre. Nos gusta compartir nuestros demonios Para apaciguarlos en compañía Al menos unos segundos. Nos gusta ser nosotros Para mezclar nuestros gustos En una taza de chocolate.

Bienvenido 2014, tarde pero bueno

Comienza un nuevo año y vuelvo a quedarme corta de tiempo. Subo, bajo las gradas, cuento los escalones y pienso: ¿como carajos hacia para que fluyesen las palabras? Creo que en algun momento me cansare de deambular y me sentare a escribir algo, algo con más especias y tardes de jazz. O tal vez empaque la maleta y vuelva a viajar.