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Mostrando entradas de 2013

Cuando sale el sol

Es brisa que se desliza calle abajo como sangre en las venas. Se hace fuerte y nebulosa cada vez que roza las fibras internas que consumen a la noche enfurecida. Se me agotan las tardes, las noches y los días, dejando solo el silencio y el recuerdo de unas caricias. Me pierdo, me permito desvanecer y él se queda allí observando atentamente dejándose consumir por aquel instante efímero. No sé que hacer en esta mañana acosadora.

Memorias diarias

Pienso en su olor a nuez moscada que me llena de sensaciones intermitentes Me recuerda al Valle cuando la Unión se puebla de cosecha y todo se llena de piñas y uvas. Es tan fresco como el aire que recorre esas grandes praderas y tan valiente como aquellos árboles que nacen al borde del peñasco ¡Que falta me hacen tus brazos de arce! Cuan mágicos se ciernen sobre nuestras cabezas los loros verdes mientras cae la tarde y las sombras de nuestros cuerpos se convierten en gigantes que luego se vuelven cíclopes y finalmente noche.

Nómada

Sales pensando que en algún momento regresarás a casa. Deambulas por parajes exóticos y rápidamente descubres que el camino es demasiado largo para transitarlo en un solo día. Tarde o temprano te hallas de nuevo en otro continente que aún se encuentra por descubrir y en ese instante temes. Como dijo en alguna ocasión la intrépida Gertrude Bell_ "Polvo y cenizas en las manos, y huesos que no parecen que hayan estado vivos."

Atravieso el cielo

Soy parte de la madera tanto como mi corazón hace parte de mi cuerpo. Mis ramas penetran el universo y se funden con la luz al igual que la luna se fusiona con mi cuerpo.

Siete menos veinte

Se oye el cantar de una ciudad que ruge desde el fondo de sus cimientos. Se escucha el ulular de una paloma que alterada por el paso de las horas busca refugio en una jaula de hule. Se siente el fuego del brasero que asa una rata en el motor de un carro abierto. Se palpa la textura de una moneda que lisa por el uso no es más que una utopía. Se es arena, cal y almizcle en el tazón de la ciudad despierta.

Apunte # 2913

Una noche mamá me contó que los piojos eran rojos, pero a la siguiente noche se autocorrigio y me dijo que eran azules. Cuando en el colegio me enseñaron que era política me di cuenta que no habían partidos políticos sino piojos.

310

Vuelo y hago del cielo mi casa. Escribo mi nombre en las nubes y entonces ellos se vuelven perceptibles. Somos parte de un mar de libélulas en el cielo. Aún me cuesta entender como los pilotos no se han percatado de ello.

Nebulosa

Sentarse con los pies en la arena mirar el océano infinito y esperar a que caiga la tarde. Observar el canasto con la ilusión de que pronto aparezcan visibles a los ojos. Ver como cae el sol como lenguas de fuego que tuestan la espuma del mar y sentirse etéreo. Reencontrarlos para alumbrar en los resquicios de la mente las sombras perdidas.

Nevada

Sientes el calor y el agua hirviendo, luego el olor dulce, cremoso y aceitoso de la almendra. Le toco ligeramente, solo un roce como para intentarlo, y se evapora de inmediato sin darme chance. Es el primer encuentro y no me satisface, necesito un poco más. Vuelvo y me acerco mientras una gota surca los desniveles de mi piel hasta descender estrepitosamente al piso. El aire me genera cosquillas, mientras dejo caer una porción considerada dentro, ahora si puedo sentir lo que el aroma me predicaba, es más dulce y hasta un poco... que digo mmm vainillado quizás. Mientras baja beligerante por mi garganta suelto un suspiro y me doy cuenta que eso era lo que necesitaba en este apacible día de verano.

Cajones

Unimos las manos y de repente es arte. seguimos nuestra mirada y sin decirlo es verdad. Enlazamos los brazos solo con sentirlo es amor.

Abismos ajenos

Cuento las horas tras un vidrio brumoso y escucho sus historias como si fueran aire envenenado. Se ahogan es que ya no saben como nadar pobres peces, tan abandonados ya no saben donde mirar. La habitación se desmorona ya no nos queda tiempo les regalare un suspiro haber si con eso les puedo rescatar.

Naturalmente

Dibujo su rostro en mi mente y puedo sentir su piel, su aire cuando se fundía con el mío. Le amo al igual que la luz de luna que renace en medio de la noche. El me enseña cada día como uno más uno puede dar como resultado uno.

Dispersión

De repente como un barco de papel que baja con la corriente de la acera me uno a la lluvia y desaparezco. Me siento distante como un mar muerto no nado, solo floto. Solo me queda un ultimo respiro antes de que vuelva a aparecer en el cielo y su luz regrese a nuestros corazones, entonces ya no seré lluvia pero de eso ya conoces.

Cambio secuencial

Anochece mientras el reloj marca vorazmente las horas. No nos queda nada solo el frío que nos consume. En la distancia se oyen los pasos de lo inminente. Solo necesitamos dos palabras y 1+1 vuelve a ser 2.

Apunte # 21

Nos invade julio queriendo arrebatarse tus días con mis noches quién sabe como pasaré agosto solo con tus recuerdos.

Silencio a mitad del preludio

Me encontré a la muerte una mañana en que deje la cama para abrirle las puertas de mi casa. Le vi a los ojos y la descubrí eternamente helada no tenía mirada que me atemorizara ni ojos ni boca que me reclamaran ni piernas ni manos que me capturaran solo un manto eterno que me observaba. Hipnotizada le sentía a ella por la vida que me conformaba le sonreí distante y me aleje sin pena a quitar el café que pronto se esparciría en la acera.

Felinos

Inmediatamente se percata de que lo observo detiene sus ojos dilatados apenas se enfrenta a los míos. Me sostiene la mirada sin el más mínimo atisbo de cobardía. Me aburro y me alejo, esta vez me ha ganado le he cogido en su elemento pero pronto amanecerá y veremos.

Incienso

Huele a bosque mientras tu sexo inquieto intenta zafarse de tus pantalones. Huele a ámbar quemado mientras tu lengua y la mía agotan su último aire. De algún lugar proviene una pizca de sándalo que se fusiona con    tu sangre    mi cuerpo    tus manos ah! que lentamente nos derrumba a mitad de la noche en algún lugar de la sabana.

Respirando tiempos imaginarios

Regresar a ese cuarto de hotel, deshacer las maletas y correr por el prado mientras tus ojos juegan a esquivarme. Llenar la canasta de quesos y vino mientras acampamos bajo la luz de la luna al son de tu guitarra y mis letras. Embrujarme con el olor de la vida. Recorrer en silencio una oscuridad desconocida. Volver al hotel, compartirte mis sueños y uno que otro secreto ansioso. Si, aquel cuarto de hotel que como el café de Soco le hacía pensar en tiempos memorables.

Cerca del cielo

Tengo termitas en el estomago jugando a las escondidas. Las tengo a todas contando historias, plantando azucenas, rosas y lirios. Son pequeñitas enamoradas una por una de tus palabras atolondradas, azucaradas llenas de azules y amarillos. Viven entre tus mieles gozan de tus cariños te esperan todas toditas todas en el Olivo de San Si Puedes.

Seis letras, solo una palabra

Él se echo al hombre mis escritos y se fue tan lejos que mis ojos apenas podían divisar sus huellas. Le amo me doy cuenta mientras lo miro alejarse por ese largo sendero rodeado árboles. ¿Quién en su sano juicio no podría amarle?

En la mañana

Hoy alguien me dijo que cuando lanzas una moneda ya sabes que va a caer, y que por eso es la mejor opción para tomar decisiones. Lo intente con una moneda de chocolate pero finalmente no la tire, es cierto, ya sabia la respuesta.

Solo nosotros

Se oye el lamento de las cigarras irrumpiendo la fría noche de abril. Tu voz como la de un gato ronrronea en mi oido y por un instante te siento cerca. Una bandada de picaflores atraviesan nuestras palabras succionando pedacitos alimentandose de amores. Como un nubarron de palomas blancas se desliza bajo la almohada tu pregunta incompleta y luego, cierro los ojos. Y luego, cierro los ojos. Estoy de acuerdo, solo nosotros sabemos estar lejos.

Batallas distantes

Explotan decenas de cardenales en el centro de la metrópolis. Como orquesta sin director se repliegan a lo largo de la avenida obstruyéndola, atravesándola. Tras el ventanal de un radiante edificio le veo aparecer aún con su traje de desconocido. El brillo de sus ojos me distrae y entre tanto una burbuja de humo teñida por la explosión llena el espacio. Habrá que salir a combatir, espero no encontrarnos entre los escombros.

Nace la noche

El sol como un pez plateado relucía entre las rítmicas olas de la represa. Era tal el ruido que producía al unirse con el agua que los navegantes tuvieron que arrullarlo, y el cielo se volvió rojizo y las garzas volaron. De repente un silencio solemne hizo que todos los observadores nos detuviesemos a mirarlo. El gran astro recogió uno a uno sus largos rayos de luz mientras la mano de un Dios acuático lo acunaba entre los nenúfares.

Carpe Diem

Se fumaba un cigarrillo y miraba al horizonte, disfrutaba de aquel olor quemado y asfixiante. Se bebía su expresso con la ilusión tajante del mañana incierto. Pintaba formas de nubes en el lienzo mientras un frenesí de inspiración le consumía velozmente las manos. Las cerdas del pincel acariciaban sus fantasías, el drama de la vida corría hecho tinta y sus ojos negros poseían la sagacidad de un gato. Tanto lo recuerdo, que a veces creo que hace mucho lo conocí.

Ni de Venus, ni de Marte

Elisa se gasto su tarde de ayer intentando explicarme porque los hombres no venían de la luna, y finalmente no le creí nada. Para demostrarle que se equivocaba le dije que esta noche mirara a su mamá y a su papá a los ojos mientras se miraban entre ellos. Al otro día me conto que en ese lugar habitaban las estrellas.

Mensajes Urgentes

No revises tu casillero hasta que pasen las vacaciones. No revises tu casillero porque seguro que encontraras la foto que Juanpa puso en su tarjeta de cumpleaños. No revises tu casillero porque puede que la señorita Amargura, la de cuarto B halla escrito una nota para citar a tus padres. No revises tu casillero porque Martica la bajita de pelo rojo me dijo que Felipe había escuchado fantasmas dentro. No revises tu casillero hasta que pasen las vacaciones para que no descubras el beso que se me escapo mientras te miraba guardar tu lonchera en el recreo.

Cantares del bosque

Un grupo de efelantes miraba hipnotizado la luna que brillaba cual moneda en baúl de tesoro de pirata. Un trío de margaritas anonadas les cantaban cuentos de estrellas lejanas. De repente, unas pinceladas rojas bañaron el cielo y ¡ah! cuan bello fue cuando Martín pinto la sonrisa de la Rosita en el cuerpo plateado de la luna.

O´Clock II

Si bien he obtenido una historia y unas cuantas risas, he terminado con la respiración bulliciosa que deja entrever un poco la ansiedad que aún guarda mi cuerpo. Se ha bajado conmigo y me ha amenazado de muerte con un tono tan irreal que me ha dejado interesada en su persona. Con el temor intentando colarse bajo mis huesos me he bajado como en cualquier otra ocasión, con los ojos distraídos y la sonrisa amplia. Mientras tanto el se ha ido cantando parque abajo sus desventuras y yo, como si nada he subido los escalones de dos en dos, como en otras épocas para escribir esto, para completar la historia.

O´Clock

Un hombre que dice no ser hombre toma el bus y narra una vida perdida. Comienza a explicar su hambre, sus historias de muerte y su vida de delincuencia. Menciona un universo lejano al que no tenemos alcance y de repente me preocupo por su cercanía. ¡Que idea más hipócrita! Más la risa me ha invadido, y ya es hora de bajarme, me iré y el se bajara conmigo.

Hotel 51

Lo mira de reojo sin alejarse del aparato electrónico, con disimulo le ofrece una tierna sonrisa y él a la espera de un cambio mantiene la mirada. Más nada ocurre y como algunas historias nunca concluyen.

Realidades invisibles

La saluda y con un remordimiento palpable le entrega su mano aún temblorosa por el encuentro. Cruzan dos frases y él se aleja ausente y embrujado por dos tarros con hierbabuena. Con rencor le mira alejarse tan despreocupado, y asqueado por el recuerdo se unta en las manos una porción de desinfectante. Al regresar a su hogar, comenta: ¡Amor has visto cuanto sufre la gente en el país, y tantos ciudadanos sin hacer nada!

Invenciones de la infancia

Inesperadamente me llene de lunares y la lluvia escandalizada se desplegó en forma de granizo. Solo entonces recordé aquellos viajes de automovil en las noches del valle, cuando las gotas en el vidrio iluminadas por las farolas públicas me hacían Dálmata.

Llanto insomne

Siento aún su cuerpo agitado y tembloroso, meciendose sobre mis brazos. Llora, con sus pequeños pulmones como un gigante enfurecido, negandose al llamado de morfeo. Mi corazón está enloquecido por no poderlo calmar y angustiado busca tranquilizarse por medio de los arrullos. De repente sonríe  y el mundo se vuelve una manta de lana calientita.

Cascajal

El aire se nos adhiere como una telaraña pegajosa y salada en nuestras blancas y tersas pieles. El olor a caña se aglomera en los rincones del automovil y nos asfixia, nos desespera. ¿Cuantas horas tendran que pasar para que se digan las apremiantes palabras? Afuera un vaso con agua que tintinea con el navegar de un hielo fresco, recuerda primavera. María se quita el zapato, mientras una gota de sudor rueda por el bigote de Guillermo. Un vaho de vapor trepa por la acera y se cuela en la camisa de Abril, ¿Donde enterraran al muerto?

Silvia

Desde la montaña llegan las voces de caminantes perdidos, mientras un perro moribundo se pasea por el callejón. A lo lejos un redoble de tambores marca la finalización de aquel desconocido rito que ruge como las entrañas de un tigre hambriento. Martín se ha asomado a la ventana a saludar, desconociendo quién lo ha llamado. Ojalá sueñe con el murmullo del río, allí encontrara sus respuestas.

Frente a las estrellas

¿Es esa mi alma? si, la que huye bajo el travesaño de la puerta temblorosa y gris mimetizandose con mis palabras. ¡Oh! será triste y quejumbroso su destino, no creo que la reconozcas mi azulejo de pecho rojizo, pues ha cambiado tanto que no la creo mía. ¿Me diras si se ha estancado en mi charco? o ¿La dejaras sin compañia?

Un viaje corto

Caen las gotas de lluvia en el vidrio del automóvil y recuerdo septiembre, los lunares empiezan a llenarme el cuerpo y la epidemia se propaga. Una epidemia de manchas oscuras que se mueven a un ritmo atemporal, y me hacen pequeña, de nuevo. Es la sombra de la lluvia iluminada por la luna, la que formo mis sueños en aquel mes y hoy regresa para recordármelos.

Vacaciones

Hay muchos lugares a los que desearía viajar, demasiadas aventuras que me encataría correr, más estoy aquí sentada en un frío auditorio a finales de marzo observando la historia de un arte de hace casi un siglo. Terminare naufragando entre imagenes de toda clase de convencionalismos mientras mis escritos huyen aterrorizados. Afuera aún hace sol y los policías envueltos en sus trajes de platano esperan una protesta con disturbios que nunca llegara, y al caer la noche yo estaré escapando a mi hogar dentro de un avión de colores. ¡Ah! cuan delicioso es el olor de la caña y cuan verde es el añorado valle, efectivamente apenas a traviese los postes de la panamericana estaré en casa.

En el muelle

Como una lejana gaviota tus palabras se posan ingrávidas y blancas sobre mi terso hombro. Abril cae iridiscente bajo tus pies descalzos y recuerdo tu corbatín negro y tu aliento a verbena. Como una lejana gaviota te siento partir de mi lado cuando la ola más grande se acerca y tu aroma a sal espumosa cae a mis pies como una roca muerta.

Penas y embrujos

Estoy enferma de escribir, se me está escociendo el alma y hay tanta pluma sin tinta. Necesito un poco de vida, no, no mejor da me otra hoja o de seguro moriré esta noche. Se me atiborran las letras ¡ay que dolor de cabeza! pronto amor, regálame una de tus historias o la fiebre consumirá mi cuerpo. Estoy enferma de escribir, porque aún no te decidís a leerme.

La chica en el monstruo de metal

A Laura María,  aunque aún no sepa como leer. La conocí una tarde tan gris como aquel rascacielos, tenía ojos verdes y una voz amelocotonada. Era una poeta de cinco años que iluminaba la vida con solo mirar hacia el horizonte. Llevaba un trajecito azul y unos zapatos negros, por los que el cielo detenía su ajetreo y se sentaba a escucharla entre nubarrones y vendavales. Quería irse conmigo y yo no quería abandonarla, quizás no la vuelva a ver, pero dejo sus letras escritas en mi mochila gris.

Eclipse en el campo

Camina lentamente por la acera, marcha con un cartel ensangrentado, baja por la samaria gira junto al lote desocupado un, dos, tres pasos en falso. Otro disparo Juan cae, más sangre, vuelve y toma el cartel tropieza, un grito lo aturde. María llora desconsolada frente al televisor de su "casa" mientras los medios censuran lo inevitable. La protesta se dispersa, el café sigue al mismo precio y Juan ha muerto sin ninguna primera página ni artículo en el diario. Nadie lo conoció no, María si, y ahora sola regresa a fregar los platos.

La muerte

Está noche la he visto tenía los ojos claros, la mandíbula tensa, las mejillas sonrojadas y la boca torcida. Ocultaba una noticia, una verdad que no le convencía. Ha llamado a la puerta varias veces, no he querido contestarle pero sigue ahí esperándome, esperándote, esperando.

Imaginarium

Llueve a lo lejos, y Madrid desaparece en cuanto el niño acerca sus grandes ojos al espejo. Una nube de vapor condensado arremete contra una corriente de fuego. Pronto, aparecerá la silueta de un guerrero que acabara con el dragón que ruge repleto de agua en el fondo del vidrio. Llueve a lo lejos y otro enorme monstruo de dos cabezas aparece delante de él, pero lo agarra y lo fuerza con sus tentáculos, el como un valiente espadachín lucha con todas sus fuerzas para que el enemigo no lo entre a la cascada que resuena con energía en el fondo de aquel castillo embrujado.

Vos que todo lo sabes

Ha caído la luna de cosecha en el jardín, y aún recuerdo los girasoles de tu cariño amarillo. Le escribo esta noche porque hay verbos para recitarle. He creído que usted debe saber cuanto lo he querido y lo seguiré queriendo, mi mano derecha, mi cofre de pensamientos, mi banco de sangre en caso de emergencia; y es que ha de perdonarme por adoptarlo como mío, pero se me hace difícil nombrarlo sin apropiarme de un poco de su cariño. Tenga cuidado, porque he empezado a creer que la locura es contagiosa, y puesto que lo considero mi hermano corre el riesgo de perder la cabeza antes de que se acaben nuestros días. Espero que sus lunas no lo tomen a mal, porque es claro que aún caballero es a quién le estoy hablando.

Dalia

Pienso regalarte un jardín de pensamientos, para que cubras con ellos las pequeñas lágrimas que surcan tu mejilla. Pienso regalarte también un par de Anguolas para que mesan tus sueños con cantares de protesta, de esperanzas e ilusiones. Te entregare mañana un té de manzanilla, dos sobres de azúcar y una cucharada de miel, para que les des de comer a los duendes que conservas en el fondo de tu relicario. Te llevaré todo eso más una porción de poesía para que llenes tus tardes de domingo con un poco de mis silencios.

En un mensaje

Amor, donde has ido a dejar tus botoncitos, el rosal está apunto de florecer y las raíces se sienten solas. Amor, ¿Cuánto falta para que regreses? pronto hará frío y el rosal se congela, ¿Dónde fuiste a sembrar los botoncitos? Cariño, la niebla está devorándose los edificios pronto el rosal morirá y no habrá nadie que lo reviva, ¿Dejaras de ser jardinero?

Intrascedente

Pensé en escribirte muchas cosas hoy, pero he descubierto que mis palabras no logran hacerte justicia. Así que te dejo un verso que no es tuyo, ni mío, ni de nadie: bajo la lluvia de aquel marzo un telar negro abrazo mi helado cuerpo, aún lo guardo como una reliquia milagrosa, que algún día me devolverá el aliento.

Susurros de la noche

Esta noche me ha sonado poético tu nombre. He llamado un par de veces a tu puerta pero al parecer no hay nadie en la acogedora morada, imagine un día en el parque leyéndote alguno de esos poemas anteriores que me han devuelto al paraíso que me ayudas a construir. Deseo escucharte tanto como tu anhelas ese abrazo que medio nos dimos, o el beso que aún te debo. Pronto volveré a llamar, espero que en esa ocasión atiendas.

Vendetta

Manchadas las manos de sangre, la amante pone rosas carmín sobre su pecho. El ser amado yace en el suelo hecho poesía, de versos perfectos y estrofas rítmicas, pero ¡ah! que muerta la lengua que lo narra. Cruel ha de ser el poeta que ubico a los amantes en aquel escenario. Ahora, no hay más que esperanza flotando sobre aquel charco rojizo. Poesía será el féretro, arte su transmutación a otra vida.

Una tarde del año

Al llegar febrero te sentí más cerca, imagine tus manos tersas posadas en mi cuello al igual que gaviotas al caer la tarde. Tu voz resonaba en mi interior al igual que caracoles en la oreja. Embrujada decidí llamarte y te imagine en una película a blanco y negro bajo la lluvia, tan hermoso como un David desnudo a la entrada del Partenón. Me han capturado las ideas ojala no se han más que ilusiones.

Bajo los totumos

He de amarte, a escondidas sin zozobra sin vergüenza. He de amarte cuando menos lo esperes como girasoles a mitad del invierno, buscando el sol entre tus palabras. He de soñarte de mil formas sobre distintos colores. Como aquel verano bajo los cañaduzales. Pero más que todo he de entregarte un beso que desconoces, uno que te quede debiendo de la última vez que nos vimos.

La noticia del domingo

Tenía solo ocho años, ¡Oh madre tierra como has podido dejarla! era una bola roja de pies pequeños, ¡Como han de llorarla! ¿Grita salvación, o es libertad? el dolor puede ser fuerte, no hay alma que lo soporte, y menos si aún tiene una muñeca. Le he visto su rostro, hecha una mortaja va hacia el hospital, envuelta en una sabana sabiendo que esta noche morirá. Ruego por ti pequeño ángel, tu llevarás la libertad, pronto cuando los adultos callen. ¿Volveremos a ser humanos? Porque no veo más que bestias.

A ningún lugar

Estabas allí como en otras ocasiones impidiendome consiliar el sueño, cerrando las puertas y abriendo las ventanas para que el ruido de la ciudad nos inhundara solo a los dos. Relatabas cuentos de mundos lejanos, de vidas pasadas y promesas perdidas. Te observaba sin hablarte, porque ni las palabras me permitirian rozar tu dulce boca, te devolveré a la Tierra, junto a mí. Así no tendras que volver a fugarte.

Jueves en la tarde

Hoy es un día de esos tan profundamente lejano que no alcanzas a sentirlo. El cielo ha ocultado sus nubes y los transeúntes bajan sus rostros hacia el gélido asfalto. El verde es más oscuro y el crujir de las hojas replica mayor atención. Hoy es uno de esos días tan hermosos que dan esperanza, tanta que no deseas dar un paso fuera por temor a que todo desaparezca. El tiempo se ha detenido, para acompañar el ensueño.

Lo usual

  - Todas las historias de amor son interesantes, deberías escribir una. Pero no había nada que contar, y ella no lo sabía. Era solo un lamento de guerras perdidas, tan tenue y distante que no podía reconocerlo, aunque estuviera dispuesta hacerlo. Mi historia es como muchas otras, ¿de que serviría relatarla? Guerras perdidas - Bacilos

El arte de los besos

-Conocer la ruta -Distinguir las estrategias del enemigo -Recordar sus debilidades -Plantearse el objetivo -Atacar - Luchar por recuperar lo que se perdió en otra guerra  ¿ganar o desaparecer?

Reviviendonos

El temblor del cuerpo, La sangre que quema, Que hierve.   El calor del alma, Que enceguece la vista, El dolor ausente, La mente herida.   El recuerdo que florece, Las formas que chocan, Se unen.   Éxtasis, miedo, Pasión, Dolor, Soledad.

Se hará tarde, otra vez.

No es tu aroma el que recorre la habitación, más es a ti a quién tengo enfrente. Hueles a él, por más que esta noche, tu cuerpo sea mío. Cargas con el peso de un cadáver al que quieres ocultar, pero para el que no cavaste lo suficientemente hondo. Son tus labios en mi cuello, mis manos en tus caderas y las mentiras que nos cobijan otra noche. Una ficha más del ajedrez, una negación más a la existencia. Repudiare tus recuerdos, puesto que su sabor se me impregno en la garganta, y aunque aquel que niegas aun no lo descubre.

Año nuevo, vida nueva.

Llegó el 2013 y me quedan por decirte muchas cosas. Recogeré las maletas, empacare la cámara y las gafas de sol. Estoy a un paso del cielo, y aun debo regresarme al bosque a entregarte unos besos.