Se oye el cantar de una ciudad
que ruge desde el fondo
de sus cimientos.
Se escucha el ulular de una paloma
que alterada por el paso de las horas
busca refugio en una jaula de hule.
Se siente el fuego del brasero
que asa una rata
en el motor de un carro abierto.
Se palpa la textura
de una moneda
que lisa por el uso
no es más que una utopía.
Se es arena, cal y almizcle
en el tazón de la ciudad despierta.
que ruge desde el fondo
de sus cimientos.
Se escucha el ulular de una paloma
que alterada por el paso de las horas
busca refugio en una jaula de hule.
Se siente el fuego del brasero
que asa una rata
en el motor de un carro abierto.
Se palpa la textura
de una moneda
que lisa por el uso
no es más que una utopía.
Se es arena, cal y almizcle
en el tazón de la ciudad despierta.
Especialmente hermoso, de veras. los dos últimos versos un bonito acierto.,
ResponderEliminarno dejes de escribir, insisto.