Se fumaba un cigarrillo
y miraba al horizonte,
disfrutaba de aquel olor
quemado y asfixiante.
Se bebía su expresso
con la ilusión tajante del
mañana incierto.
Pintaba formas de nubes
en el lienzo
mientras un frenesí
de inspiración le consumía
velozmente las manos.
Las cerdas del pincel
acariciaban sus fantasías,
el drama de la vida
corría hecho tinta
y sus ojos negros
poseían la sagacidad
de un gato.
Tanto lo recuerdo,
que a veces creo
que hace mucho lo conocí.
y miraba al horizonte,
disfrutaba de aquel olor
quemado y asfixiante.
Se bebía su expresso
con la ilusión tajante del
mañana incierto.
Pintaba formas de nubes
en el lienzo
mientras un frenesí
de inspiración le consumía
velozmente las manos.
Las cerdas del pincel
acariciaban sus fantasías,
el drama de la vida
corría hecho tinta
y sus ojos negros
poseían la sagacidad
de un gato.
Tanto lo recuerdo,
que a veces creo
que hace mucho lo conocí.
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Escaparates de la luna