Es brisa que se desliza
calle abajo como sangre
en las venas.
Se hace fuerte y nebulosa
cada vez que roza
las fibras internas
que consumen
a la noche enfurecida.
Se me agotan las tardes,
las noches y los días,
dejando solo el silencio
y el recuerdo de unas caricias.
Me pierdo, me permito desvanecer
y él se queda allí
observando atentamente
dejándose consumir por
aquel instante efímero.
No sé que hacer
en esta mañana acosadora.
calle abajo como sangre
en las venas.
Se hace fuerte y nebulosa
cada vez que roza
las fibras internas
que consumen
a la noche enfurecida.
Se me agotan las tardes,
las noches y los días,
dejando solo el silencio
y el recuerdo de unas caricias.
Me pierdo, me permito desvanecer
y él se queda allí
observando atentamente
dejándose consumir por
aquel instante efímero.
No sé que hacer
en esta mañana acosadora.
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Escaparates de la luna