Adorada Luce,
Por supuesto que me acuerdo de
ti. Cómo haberte olvidado, si conozco la
curva de tus labios y la facilidad de tu ceja para arquearse cuando no
entiendes mis preguntas. ¿Cuántos barcos te ayude a pintar en las puertas de
cada viaje? ¿Cuántas veces lanzamos aquellos botes salvavidas por la borda?
¿Cuántas noches te he pensado?
Hace dos años encontré un sobre
vacio con tu dirección bajo la puerta y tuve miedo de escribirte, pero te juro
por Dios que las estrellas me obligan a hacerlo. Es Abril al igual que cuando
huiste de casa y contrataste con tus ahorros un pequeño bote pesquero a un
marinero con un nombre impronunciable. Era más joven en ese entonces y tú
sonreías como los ángeles porque te embarcabas en la aventura de tu vida. ¡Qué
equivocada estabas! No fue tu vida la que cambio, sino la mía. Cada mañana
solías poner Rock and Roll en la radio y despeinar tu melena mientras la luz
del sol inundaba tus ojos, cambiando el océano de color con solo respirar.
Fueron quinientas sesenta noches las que pasamos reencontrando islas, cavando
tesoros, sembrando imposibles, guardando lunas para las noches tristes,
coleccionando recuerdos. Pero fue en el día quinientos sesenta y uno cuanto te
robe un beso, cuando supe que bajarías del barco para siempre. Sonreíste con la
tristeza en los labios y con una leve brisa marina en tu valija regresaste a la
ciudad.
Poco después deje de navegar,
compre una casa junto al muelle y empecé a escribir en el diario local sobre
nuestros viajes. Con el pasar del tiempo nos volvimos leyenda y ahora solo soy
un viejo junto al mar contando las estrellas. El sobre vacío solo tiene el
nombre de un lugar que amamos, un lugar donde quizás vivas con tu esposo e
hijos, un recuerdo. Te escribo porque la luna y las estrellas se acuerdan te ti
querida Luce y en nuestro refugio, en aquel lugar donde dejaste ese beso
extraviado queda todo lo que fue y será este humilde marinero. Si para cuando
llegue esta carta a tus manos ya he partido, ve allí y recoge el tesoro que
siempre fue tuyo.
Con amor,
Tom Nifwl
Bello escenario para una bonita carta de amor . El mar y la llamada de las estrellas...
ResponderEliminarBesos, siempre