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Es más que poesía

Amo la forma en que entre abres la boca
y rozas con el filo de tus labios,
los huecos de mi cuello.

Amo cuando deslizas
tu mano por mi espalda,
congelada por el invierno.

Amo la sonata que bailan tus dedos
sobre mi pecho, la cual luego
se extiende por mis muslos
hasta regresar a mi cabeza.

Amo tanto de nuestros encuentros,
que a ti te quiero,
para distinguir las manos
del diestro títiritero
de sus títeres.

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